La danza ha ido evolucionando en muchos estilos,
desde la danza académica o ballet, hasta el breakdance y el krumping. Las definiciones que constituyen a la
danza dependen de factores sociales, culturales, estéticos, artísticos y
morales, así como también del rango de movimiento funcional (como la danza folclórica)
hasta las técnicas virtuosas (como el ballet). Cada danza, no importa el estilo, tiene
algo en común, ya que en la mayor parte de los casos implica tener flexibilidad
y movimiento del cuerpo, así como condición física.
El ballet clásico o danza clásica es una forma de
danza cuyos movimientos se basan en el control total y absoluto del cuerpo, el
cual se debe enseñar desde temprana edad. Se recomienda iniciar los estudios de
esta danza clásica a los seis o siete años, ya que el ballet es una
disciplina que requiere concentración y capacidad para el esfuerzo como actitud
y forma de vida. A diferencia de otras danzas, en el ballet cada paso está
codificado.
La danza moderna es una expresión corporal
artística que nace de la interpretación y visión del bailarín o
coreógrafo. Sus movimientos son una expresión libre y fluida de estados,
emociones, metáforas o ideas abstractas.
La danza moderna rompe con las reglas y criterios del ballet clásico. No sigue pasos ni movimientos estructurados de antemano. A diferencia del ballet clásico —cuyos movimientos son aéreos y elevados— la danza moderna se arraiga más en la tierra.




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